El
final es consecuencia de un inicio, y el final de nuestro primer verano
ministerial ha llegado. 9 son las semanas que Dios nos permitió estar en
nuestra cálida tierra de Culiacán, Sinaloa. ¡Qué bueno es Dios! Además de
trabajar en la obra del Señor lo hacemos cerca de nuestros seres queridos. La
Misión Rey de Reyes, nos abrió las puertas de su iglesia y los hermanos la de
sus corazones, donde convivimos con ellos a lo largo de 9 semanas, que pasaron
tan rápido que cuando nos dimos cuenta, ya era tiempo de regresar. Nos llevamos
en el corazón, gratas y marcadas experiencias ministeriales.
También
Dios nos permito estar cerca de nuestra iglesia, El Discípulo, y ver a amigos y
hermanos que se han hecho parte de nosotros y se han atrevido a viajar junto
con nosotros en esta aventura ministerial que hace un año emprendimos.
Agradecemos
a todos y cada uno de ustedes amigos y hermanos, que nos muestran su cariño y
apoyo incondicional, quienes se han dado no solo en lo económico sino también,
en lo espiritual. Esta experiencia ha
quedado en nuestro corazón.
Ahora
nos disponemos a tener una semana de descanso previo a nuestro arribo al
Seminario Bíblico Mexicano a comenzar el segundo año de preparación
ministerial.
Con
cariño
Rebeca
y Daniel Medina.
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